Calidad del aire interior: Mida y gestione la temperatura, la humedad, el CO₂, los COVT, las partículas y la presión: optimice la ventilación y la salud de los ocupantes.

Salud del edificio: Controle la humedad estructural, la humedad capilar y el riesgo de moho, vitales para la seguridad y el valor de la propiedad a largo plazo.

Optimización de HVAC: Supervise el rendimiento del sistema (CO₂, temperatura, humedad, diferenciales de presión, flujo de ventilación): aumente la eficiencia energética y reduzca los costes.

Uso del espacio y la energía: Entender cómo se utilizan realmente los espacios, controlar la intensidad de la luz y el sonido, racionalizar la limpieza, la programación y la iluminación.

Flujo de personas: obtenga información sobre las pautas de ocupación, los movimientos y las aglomeraciones para mejorar la distribución del espacio y la experiencia del usuario.